La mirada surge cuando somos enceguecidos por un foco de luz proveniente de la pantalla reflejante del Otro. Esa chispa despierta un mirar interno, un mirar inconsciente, que ya no tiene que ver con el yo imaginario. Ese mirar inconsciente es un acto pulsional, desencadenado por la luz que viene del Otro.
Juan David Nasio
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